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[Cuento de los niños Cristal, Arco, Iris]

Cuento escrito por Lisa Lux

Dedicado a todos mis preciosos niños, Tamara, Ger y mi muy especial nieto Jeffrey. A mi alma complementaria Henk, mi bienamado.
A mi madre, en esta vida Paula , que renació el 14 de noviembre del 2007 como Infante Cristal Plus.

[No Copiable]

EL NACIMIENTO DE LA NUEVA TIERRA
Eránse una vez 3 hermosos Soles, allá muy lejos, entre las estrellas. Emanaban rayos de sol puros y dorados a través de los cuales enviaban niños muy especiales a muchos planetas en el universo. Y ahora enviaban niños al planeta Tierra, pues dondequiera que estos niños estaban siempre creaban algo especial. ¡Su pureza les hacia brillar como diamantes! Estos Niños Diamantes sabían, por ejemplo, cómo atraer la energía desde el corazón de la Madre Tierra a través de sus pies. Y la enviaban a la coronilla de sus cabezas dónde esta energía terrenal de la Madre podía mezclarse con la energía celestial del Padre. Por sus manos, ojos y tercer ojo enviaban esta energía como un torbellino de cristal a toda clase de personas que se encontraban enfermas, y también a las plantas y el agua de la Tierra. Era como si toda la tierra empezara a brillar y resplandecer, pues los rayos que estos niños enviaban eran rayos de Amor y Luz. También mandaban estos rayos a otros Niños Diamante.

Sin que los adultos, sus padres y sus madres lo supieran, jugaban el uno con el otro en sus mentes. Como por arte de magia fabricaron toda clase de hermosos colores y cantaron con sonidos de voz que vibraban. Estos tonos vibrantes podían bailar y se convirtieron en magníficas y brillantes figuras que calentaron la congelada membrana de los corazones de los adultos. De este modo los adultos empezaron a despertar de su helado sueño y sus corazones también empezaron a radiar Amor.

Los niños podían hacer toda clase de cosas hermosas que los adultos no podían. Por culpa de su helado sueño los adultos no podían pensar amorosamente como los niños hacían. Los Niños Diamante sabían cómo trabajar con las piedras de la Madre Tierra. Limpiaban las piedras y las equilibraban y las cargaban de energía cantándoles los más hermosos tonos. Sabían que al hacer esto las piedras equilibrarían la energía de la gente. ¡ Y cuánto más armónica y equilibrada esté tu energía, menos te enfermarás!

Los niños tenían aún más dones especiales. Por ejemplo, siempre que estaba a punto de venir su Tía Pien, con quien siempre se divertían mucho, los niños lo sabían de antemano sin que nadie se los hubiera dicho. La Tía Pien era una adult, claro, pero a diferencia de la mayoría de los adultos sabía cómo hablar con los animales, las plantas, las piedras y el agua. ¡Tía Pien siempre les traía nuevas piedras como regalo! Siempre que les visitaba creaban figuras coloridas con sus mentes y estas figuras permanecían en la casa durante mucho tiempo. En esta casa vivían los niños, cantaban, jugaban, bailaban, todo el entorno centellaban de energía.

Cada vez que el gruñon de su Tío Teo venía a visitar a los niños, se marchaba de la casa completamente feliz y con un aire de alegría. Cada vez que algún adulto visitaba a los niños, por la noche soñaba que él o ella también podía crear las más hermosas figuras con su mente. ¡Estos adultos creaban cosas y hacían cosas con Amor, exáctamente igual que hacían los niños cada día!

Un día los niños oyeron a Madre Tierra quejarse y gemir de dolor y todos le preguntaron a la vez: “Madre Tierra, ¿Qué te pasa? ¿No te sientes bien?” Madre Tierra tosió y estornudó y les hizo saber a los niños que antes de que ellos nacieran los humanos grandes le habían hecho a ella cosas horribles mientras estaban en su estado de semi-sueño. Los bosques de Madre Tierra habían sido talados, su agua había sido contaminada y su aire llenado de cenizas. Además habían construido ciudades demasiado grandes y habían depositado desperdicios por doquier, creando grandes montañas de basura sobre ella— y eso que muchos de los objetos que le habían tirado encima no estaban ni viejos ni rotos! Los niños vieron las imágenes del dolor que le fue infligido a Madre Tierra una y otra vez.

Lo peor era que los adultos no habían podido sentir esto a causa de la membrana congelada de sus corazones. ¡Ellos ni siquiera sabían que la Tierra era su Madre y que el Cielo era su Padre! La mayoría de los adultos solo querían tener más y más pequeñas y estúpidas cosas. En su semi-sueño congelado se habían olvidado de que ya tenían todo lo que pudieran desear. ¡Se habían perdido ellos solos por completo! Imagínate como sería si supieran que deberían sentir agradecimiento hacia Madre Tierra y que deberían amarla. Imagínate si supieran que podían hablar con las piedras, los árboles, las plantas, el viento y la lluvia. Imagina cómo sería si quisieran compartir todo en la Tierra con todo el mundo. Si, en tal caso, a Madre Tierra le encantaría jugar con todo el mundo y se sentiría sana y feliz.

Ella es ahora una hermosa y anciana dama que se encuentra enferma y está esperando su renacimiento. ¡En este evento los Niños Diamantes jugarán un gran papel! Había estado esperando a estos niños pues de otro modo habría desaparecido en el Gran Vacío y ya nunca más hubiera podido jugar nadie más sobre ella. ¡O, pobre Madre Tierra! Pero ahora sus lágrimas eran de felicidad pues Dios Padre y Madre le habían por fin enviado a los Niños Diamantes desde los tres Soles para que ellos despertaran a los adultos y ella pudiera renacer en paz y quietud.

Y así fue como comenzó el Gran Plan. En un momento determinado los niños decidieron crear una gigantesca Red de Amor, una Red Diamante, una red enorme fabricada con el poder de su mente. Ya sabes, una red como aquellas en las que se cargan y guardan mandarinas y naranjas. Cada niño emitió desde su mente un rayo de diamantes hacia el espacio situado alrededor de la superficie de la Tierra. De este modo, al cabo de unos años, se había formado una red de miles de hermosísimos y centellantes Diamantes de Amor alrededor del mundo. ¡La red tenía que terminarse de construir justo a tiempo para que Madre Tierra, al empezar a temblar antes de su nacimiento, no fuera a desaparecer en el Gran Vacío! Con profundo agradecimiento Madre Tierra le dijo a los niños que ella avisaría a todos los animales y otras energías cuando llegara el momento de su nacimiento para que todos estuvieran preparados en el momento justo.

A los niños se les pidió que hablaran, tanto como pudieran, con los pájaros, perros, cabras y otros animales, el viento y las gotas de lluvia. Cuando lo hicieron, se quedaron espantados al oir que ¡todos los animales eran habitualmente enjaulados y después matados y acababan siendo paquetes de carne en el supermercado! Tumbados allí, esperando a ser comidos. Los animales se sintieron felices al ver que por fin alguien les escuchaba y empezaron a chillar y a llorar de ira y de pena “¡Somos esclavos, sabéis, y ni siquiera podemos ser ya animales de verdad! Nos dan comida que nos hace crecer tan rápido que hasta la piel nos duele. Las bestias humanas crían a tantos de nosotros que aveces hasta nos matan sin razón alguna! ¡Si nuestra carne empaquetada en el super no se vende a tiempo, sencillamente la muelen y aplastan para convertirla en otra cosa! Y así, nuestra vida miserable resulta ser un desperdicio”. Después de oir esto los Niños Diamante hablaron con sus padres y les dijeron que todo animal merece vivir una verdadera vida de animal: afuera, al sol, pastando sobre Madre Tierra, pues ella habla mucho con ellos y los ama profundamente.

Después de esto, los niños decidieron hablar también con las plantas y una vez más se sintieron profundamente dolidos ante lo que oyeron. Las frutas y las verduras les dijeron: “!Escuchad, cariños, a nosotros también nos dan comida espantosa para que crezcamos más rápido, es puro veneno!” “¡Lo peor es que la gente no entiende que cuando nos tienen en sus platos, ellos MISMOS están comiéndose el veneno!” “Estúpido, ¿No?” “Esto ha envenenado a Madre Tierra también y la ha enfermado. La gente misma ha enfermado, se han llenado de forúnculos y abcesos y manchas, y han perdido la capacidad de sentir quién son en realidad. ¿A quién se le podría ocurrir semejante cosa? Los humanos que inventan estas cosas deben estar completamente congelados, ¿No pensáis?”

Luego las plantas les dijeron a los niños que la gente había olvidado que podían enviarle a las plantas hermosos sonidos y tonos, y su Amor, cada día. Si la gente hiciera esto ya no se necesitaría toda esa venenosa basura que les daban de comer y podrían crecer igualmente con las piedras. Algunos Niños Diamante fueron entonces al jardín y otros a la sala y se pusieron a cantar en sus mentes hermosos sonidos de voz y crearon maravillosos colores con sus corazones Diamante. ¡Rayos Cristalinos de pureza y Amor que hicieron crecer a las plantas más rápidamente de lo que jamás habían hecho antes!

Un día una de las Niñas Diamante estaba jugando cerca de unas piedras muy grandes en Perú y de repente oyó que una de la piedras decía: “ Hola, cariño, dile a los otros niños que nosotras, las Piedras de Sabiduría somos los huesos de Madre Tierra. Si os unís de la mejor forma posible pronto contaremos la verdadera historia de Madre Tierra. Somos energías grandes y nos encanta hablar con vosotros y si tenéis suficiente Amor en vuestro interior os contaremos cosas acerca de la Verdad cada vez que os toquemos. ¿Conoces esa energía sanadora que yace en las profundidades de Madre Tierra? Podéis atraer esta energía permitiendo que fluya desde vuestros pies hasta la coronilla de vuestras cabezas. Esta energía sanadora también fluye a través de nosostras las piedras. ¿No es eso agradable?” La niña, agradecida, besó la piedra y con su mente le comunicó a los otros Niños Diamantes los que le piedra le había dicho. En todas partes del mundo los niños empezaron a sentir y a hablar con sus propias piedras y con las piedras gigantes. De esta forma el puzzle empezó a hacerse evidente para los adultos semi-dormidos.

El siguiente paso era echarle un vistazo a los mares, y al primero que encontraron fue un hermoso Delfín blanco que les contó una historia difícil. Al igual que los Niños Diamante, los Delfines habían venido de un lejano planeta estrella. Allí, en los Jardines Blancos podías aprender siendo un Ser Delfín, cómo crear usando la energía de la mente y el Amor, que también es una energía. Una vez que te graduabas, se te permitía ir a la Tierra. Allí, viviendo como Delfín, podías retozar en los oceános, y a la vez, tenías que emitir mensajes a Dios Madre y Padre para hacerles saber lo que realmente estaba pasando con la salud de Madre Tierra.

Ahora los Delfines también lloraban y lloraban y le contaron a los niños cómo las personas medio-dormidas se habían dedicado a simplemente verter los peligrosos deshechos y la basura a los mares, haciendo ver que en realidad toda esa inmundicia no estaba estancada en el agua pudriéndose. Por culpa de esto un gran número de Delfines habían tenido que regresar a los Jardines Blancos para permanecer allí durante años, descansando y sanando de todas las toxinas. ¿Os podéis imaginar cuánto aman los Seres Delfín a los humanos y la Madre Tierra? Siguen volviendo, una y otra vez para realizar esta difícil tarea. Ahora los niños enviaron sus rayos de cristal puro hacia los Delfines y les dieron las gracias por todos cuanto habían hecho for Madre Tierra y los humanos. Sin que los humanos tuvieran ni idea.

Cuando ya los niños llevaban varios años en la Tierra y las cosas habían realmente empezado a cambiar, las madres y algunos de los padres empezaron a preguntar a los niños qué habilidades tenían y si éstas eran difíciles de aprender. Familias enteras aprendieron a emitir maravillosos sonidos y figuras geométricas de Amor y Luz, intercambiándolas con todo cuanto vivía. Pues ahora sabían que todo pertenece junto. Si le haces daño a cualquer cosa o persona, te haces daño a ti mismo. Cualquier cosa que emitas en energía de pensamiento, volverá automáticamente a ti algún día. Esta es la Ley de la Verdad de Madre y Padre Dios, y es realmente justa, ¿no crees?. De esta forma aprendes a no hacerle daño a otro. ¿No te parece inteligente? La nueva forma de vida en la Tierra había comenzado.

Había llegado el momento para que todo aquél que quisiera empezara a cantarle a todas las personas y niños que aunque ya no tenían un cuerpo terrenal seguían flotando alrededor de la Tierra. Estas personas se habían perdido cuando sus cuerpos habían muerto y no sabían cómo encontrar a sus amigos al otro lado del Puente del Arco Iris. Estaban llenos de miedo o conmocionados, así que seguían flotando cerca de la tierra, sin tener cuerpo terrrenal. Le decían a algunas de las personas que podían oirles o verles, que realmente no entendían nada de lo que estaba pasando, que la mayoría de la gente no podía ni verles ni oirles, y que esto les hacia sentirse enfadados o tristes. En este momento aparecieron muchos Angeles de Ayuda y junto con los rayos de amor de los Niños Diamante, ayudaron a un grupo enorme de seres perdidos , con los brazos abiertos---o mejor dicho con sus Alas Doradas. El Amor y la Verdad lentamente fueron sanando a los seres perdidos hasta que sanaron del todo.

Así pues, los Niños Diamante enseñaron a sus padres que la Verdad era diferente de lo que siempre habían creído. “Todo pertenece junto” dijeron. “Por tanto debemos siempre cuidarnos bien los unos a los otros”. A estas alturas los niños pidieron a sus padres que honestamente miraran dentro de sí mismos y sintieran. ¿Y qué vieron? Una hermosa Estrella Diamante. Los niños dijeron: “Esto es quién realmente eres. Pero lo has olvidado pues todo el tiempo que pasaste viajando una y otra vez a la Tierra te hizo caer en un semi-sueño. La vida en la Tierra es como una Escuela de Aprendizaje para que descubras quién eres en realidad: una Energía.” En el fondo de sí mismos, sin ellos saberlo, Madre y Padre Dios les estaban llamando para volver a jugar otra vez, en Amor, en el Paraíso.

Una vez que todas las personas aprendieron esto, se cogieron mentalmente de la mano y formaron un gigantesco círculo alrededor de Madre Tierra. Negros, Blancos, Amarillos, y Rojos, todos estaban unidos justo antes del momento en que Madre Tierra empezó a temblar pues iba a renacer. ¡Y entonces el milagro sucedió y todos en la Tierra se convirtieron en Uno! Un gran DIAMANTE centellante había nacido!
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